jueves, 30 de abril de 2009

"Es un engaño decir que no hay chicos menores de 16 años presos"

Publicó La Voz del Interior
30 de abril de 2009

Marysel Segovia, de Casa del Liberado, asegura que la baja de la edad de imputabilidad sólo haría formal algo que ya sucede en la práctica. Menciona casos de Córdoba.

Por Patricia Cravero
pcravero@lavozdelinterior.com.ar

La baja de edad de imputabilidad, que sería contemplada en la ley penal juvenil que está discutiendo una comisión de Diputados, sólo daría aspecto formal a un hecho que ocurre en la práctica, según la abogada y docente Marysel Segovia.

La vicepresidenta de la ONG Casa del Liberado asegura que actualmente hay jóvenes menores de 16 años privados de la libertad en institutos de menores. “Hemos visto en estadísticas que hay chicos hasta de 12 años en esas condiciones”, afirma Segovia.

Para la integrante del Colectivo Cordobés por los derechos de niñas, niños y jóvenes, es “fundamental” que se sancione una ley penal para adolescentes en conflicto con la ley penal que “determine un procedimiento a seguir de acuerdo a los principios del sistema penal y las garantías procesales”.

Sin embargo, la abogada cree que la ley “es muy necesaria pero no es suficiente”, ya que debe estar acompañada de profundos cambios en los institutos de menores.

¿Sirve bajar la edad de imputabilidad?
En la práctica va a instalar algo que se viene haciendo desde hace años, porque es un engaño decir que los chicos menores de 16 años no están privados de la libertad. Hemos visto en estadísticas que hay chicos hasta de 12 años en esas condiciones. El último instituto creado, San Jorge, fue construido especialmente para alojar a jóvenes menores de 16 años. Ahí hay chicos de 12, 14 y 15, todo lo que para la ley vigente serían chicos inimputables.

¿Qué sanciones se deberían contemplar?
La privación de la libertad tiene que ser la última medida a tomarse, por un tiempo determinado, y el más breve posible, porque se trata de personas en desarrollo. Hay que intentar otro tipo de sanciones que busquen que el joven se asuma como responsable de los hechos cometidos, como reparación del daño, conciliación con la víctima, trabajo comunitario o privación de la libertad con distintas modalidades.

¿Cuáles son los principales desafíos en Córdoba?
Creo que hay que hacer hincapié en la falta definición sobre el perfil de las personas que trabajan con los chicos. Faltan requisitos, capacitación y evaluación del personal. Para eso no se necesita una ley nacional diferente. La Provincia lo puede determinar con sus leyes. Hoy, por ejemplo, los institutos de menores no tienen reglamentos internos.

¿Qué debería suceder con el contexto relacional del joven?
En Córdoba los institutos están alejados de la ciudad. Esa distancia física también es simbólica. Nadie sabe qué pasa ahí, no hay apertura. Es importante que haya un vínculo con la comunidad donde el chico se va a reinsertar a la salida, que tenga oportunidades de educación y recreación con chicos que no están privados de la libertad. Si no hay un vínculo con la comunidad y el chico no se ve como uno más, es imposible pensar en una reinserción que evite la reincidencia en el delito.

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