30 de agosto de 2008
Ante los abusos sexuales a menores, el ocultamiento y el silencio son conductas peligrosas, que muestran complicidad y complacencia con formas de violencia que deben ser claramente repudiadas y sancionadas.En este sentido, el director para América latina y el Caribe de UNICEF, Nils Kastberg, ha enfatizado que "los padres deben creerles a sus hijos cuando se animan a contarles que sufrieron abuso sexual en el contexto de una iglesia o en la escuela", y que las instituciones deben establecer mecanismos de protección a la niñez al que se pueda recurrir en caso de abusos.
La indiferencia y la tolerancia con la pornografía infantil, el turismo sexual y los abusos sexuales cometidos contra chicos de la calle muestran una faceta social que debe ser removida en base a una mayor concientización y a un esclarecimiento de las responsabilidades.
Además, se requiere que contextos como el familiar y el escolar refuercen el ambiente de cuidado que les destinan a los menores.
La lucha contra la violencia sexual que victimiza a niños y niñas exige una actitud atenta y comprometida de todos, especialmente de padres y miembros de instituciones escolares y religiosas. También es fundamental un trabajo más profundo y rápido de la Justicia en el tratamiento de ese tipo de delitos. De otro modo, la complacencia y la indiferencia contribuirán a que se extienda en perjuicio del presente y del futuro de muchos chicos.
UNICEF ha convocado a los padres a creerles a sus hijos cuando denuncian abusos sexuales. Los padres y las instituciones civiles y religiosas, así como la Justicia, son responsables de combatir este delito aberrante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario