Publicó Diario Hoy
18 de agosto de 2009
"En el Gran La Plata hay más de 130.000 jóvenes de entre 15 y 25 años. Alrededor del 15% no trabaja ni estudia, lo que implica cerca de 20.000 jóvenes en esa situación. El porcentaje sube a alrededor del 20% para aquellos entre 18 y 20 años", indican desde el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.
Si extendemos el campo de estudio a la provincia de Buenos Aires, la cifra se multiplica varias veces. En noviembre del año pasado, según una estimación del entonces ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, un millón de chicos se encontraba en situación de vulnerabilidad y riesgo social debido a efectos de la exclusión y de la marginalidad, y 400.000 no estudiaban ni tenían trabajo.
Hoy, ese universo rondaría los 600.000 jóvenes de entre 14 y 20 años, de acuerdo a declaraciones de los curas villeros (no por casualidad hasta hace 20 años se los llamaba obreros) que trabajan en las zonas de San Isidro y Tigre.
La falta de políticas específicas para los jóvenes y la ineficacia de los circuitos de tratamiento fue reconocida en su momento por Arroyo, que admitió que las limitaciones presupuestarias repercutían en el funcionamiento del sistema, al punto tal que sólo uno de cada diez pesos que manejaba su cartera se destinaba a minoridad.
Este tema preocupa fundamentalmente a quienes trabajan en barrios pobres y en villas, sobre todo porque son cientos de miles de jóvenes que quedan expuestos a las mafias de la droga y el crimen.
Para Hilda González de Duhalde se corre el riesgo de ver a estos jóvenes como potenciales delincuentes. “Eso es muy peligroso. Y no es así. Desde ya que no es así. Lo que hay que dejar de hacer es ocuparse cuando ya tienen problemas. Hay que atender a la población en riesgo desde que nace, como hicimos en su momento”.
miércoles, 19 de agosto de 2009
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