29 de julio de 2008
Título original: Patota policial al ataque
Una docena de niños que paran en la Plaza San Martín de La Plata fueron emboscados por un grupo organizado con palos y cadenas. ONG de la zona denuncian que uno de los atacantes dijo que buscaban “limpiar a los pibes para que dejaran de robar”.
Un grupo de 25 personas vestidas de civil y armadas con pistolas, elementos cortantes, fierros y cadenas golpearon y amenazaron a 17 chicos en situación de calle, de entre 7 y 15 años, que viven en la céntrica Plaza San Martín de la ciudad de La Plata. “Era un grupo muy bien organizado, comandado por uno de ellos, un hombre robusto que se manejaba con un handy. Fue él quien dijo que venían a limpiar a los pibes de la plaza para que dejaran de robar”, relató a PáginaI12 César Villanueva, miembro de la organización Autoconvocados por los Derechos de los Pibes de la Calle, que desde hace un mes conformaron organizaciones sociales, estudiantes y vecinos de la ciudad. Como resultado del ataque, cinco chicos recibieron fuertes golpes de fierros, palos y cadenas en la cara, en la espalda y las piernas, mientras que aún no se conoce el paradero de otros siete.
El hecho ocurrió cerca de la medianoche del viernes, cuando el grupo de civiles comenzó a actuar pocos minutos después de que la organización diera por finalizada la olla popular con la que todas las noches, y desde hace diez días, brinda un plato de comida a los chicos que viven en la glorieta de la plaza. César y tres de sus compañeros presenciaron el ataque. Fueron los últimos miembros de la organización en abandonar la esquina de las calles 7 y 53, frente a la Legislatura y la Casa de Gobierno platense. Pero no habían alcanzado a alejarse más de 100 metros de allí cuando oyeron los gritos y las corridas y regresaron a ver qué ocurría.
“Eran 25 personas que, armadas con pistolas, fierros, cadenas y navajas, aparecieron desde distintos lugares de la plaza, encerraron a los pibes y les empezaron a pegar. Algunos de ellos estaban encapuchados”, detalló César. Para él y sus compañeros, “la policía sabía lo que iba a pasar”. Su afirmación se basa, en primer lugar, en la “de- saparición repentina y sólo unos minutos antes de que apareciera el grupo violento” de los dos policías que, desde que comenzaron a realizar la olla, vigilan la zona.
Por otro lado, “la actitud que tuvo un grupo de efectivos de la fuerza pública que se encontraba a dos cuadras de la plaza, sobre la calle 50, de retener a los pibes que querían escapar” es otro detalle que impulsa a los miembros del colectivo a relacionar a esa fuerza con lo ocurrido. “Los chicos nos contaron que los retuvieron y les dijeron: ‘Ustedes roban, ahora bánquensela’”, especificó Villanueva.
Según los cálculos de Autoconvocados, son cerca de 150 los niños, niñas y jóvenes que viven en las calles de la ciudad “completamente excluidos de la sociedad, que están bastante comprometidos con las adicciones y que son acusados de robos en la zona”, explicó Sergio Raimundo, trabajador social del Comité contra la Tortura bonaerense.
Ese organismo –que funciona dentro de la órbita de la Comisión provincial por los Derechos Humanos– y la ONG se reunieron ayer con el intendente de La Plata, Pablo Briera –y harán lo propio con las autoridades provinciales– y le solicitaron “la implementación de un programa que apunte a la contención de los chicos de la calle, en donde se trabaje de manera integral con las familias para atacar a los problemas estructurales que impulsaron a esa familia a expulsar del grupo a un niño”, consideró el integrante del Comité, Roberto Cipriano García. El pedido concreto es la construcción de un hogar de día y de noche donde los chicos puedan alojarse y en donde puedan desarrollarse las políticas de contención.
“Realmente preocupa la posible relación de la policía con estos grupos, de cuyo accionar ya hemos escuchado en más de una oportunidad”, opinó García, y puso como ejemplo el secuestro y amenazas sufridas por el joven del Hogar Juan XXIII.
Por otra parte, en diálogo con PáginaI12, Villanueva también denunció a los efectivos de la Comisaría 1ª de La Plata por “cajonear la denuncia, modificarla y amenazar a algunos de los miembros de Autoconvocados durante el fin de semana”. Según señaló, en la exposición no aparece el nombre y apellido de la mujer que participó del ataque y a la que reconocieron como policía, ni la descripción física de otros tres miembros del grupo.
De los 17 chicos que fueron reprimidos, sólo 10 permanecen bajo la protección de un miembro de la organización, que los alojó en su casa. “Están aterrorizados. No quieren salir porque saben que los van a volver a agarrar”, relató César. Aún no saben el paradero de los otros siete.
Informe: Ailín Bullentini.
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