Publicó Clarín
2 de octubre de 2008
Los principales problemas son la pobreza, el sida, la baja escolarización, el alcohol y la dorga.
Por Georgina Elustondo
Deberían tener, como supone un orden "natural" que habla de un camino que arranca en la infancia y termina en la vejez, garantía o, al menos, altas probabilidades de un futuro largo y prometedor. Sin embargo, casi la mitad de los jóvenes argentinos corre algún tipo de riesgo: está expuesto a situaciones que pueden interrumpir su desarrollo o reducir su potencial. Lo afirma un flamante informe del Banco Mundial, al que Clarín accedió en exclusiva, que será presentado hoy en la jornada "Políticas de juventud en Argentina", organizada por el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense. Fue elaborado con la colaboración del Gobierno argentino y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, que hizo una encuesta sobre Condiciones Sociales de la Juventud.
Según sus datos, el 46% de los chicos y chicas de entre 15 y 24 años tiene una "alta probabilidad de involucrarse en conductas de riesgo". Hablamos de casi 3 millones de jóvenes, de los cuales el 31% "ya ha tenido conductas riesgosas" y el 15% está o ha estado "expuesto a factores de riesgo" que "dificultan su transición exitosa a la adultez". Es más: el informe advierte que "las probabilidades de que un joven de 15 años muera antes de cumplir 60 años son mayores que las esperadas para un país con los ingresos de Argentina".
Los expertos analizaron las cinco transiciones que, según un esquema aplicado en el Informe de Desarrollo Mundial, marcan un antes y un después en la vida de los jóvenes: finalización de la escuela y continuación del aprendizaje, inserción en el trabajo, estilo de vida saludable, formación de una familia... "Existe un grupo numeroso de jóvenes que corre el peligro potencial de involucrarse en conductas riesgosas como la deserción escolar temprana, el desempleo, la inactividad, el uso y abuso de drogas, los accidentes de tránsito, la actividad sexual riesgosa, la paternidad temprana, la poca participación cívica y los problemas de delincuencia", reza el informe. "Si el Estado no invierte en la juventud se perderá la oportunidad única de proporcionar a la próxima generación las capacidades necesarias para convertirse en los conductores del crecimiento y romper el espiral intergeneracional de pobreza y desigualdad". En lo que hace a educación, el informe destaca que un tercio de los escolarizados está retrasado en sus estudios. Los especialistas destacan que la repitencia y la deserción desencadenan otros problemas. "En Chaco y Misiones las tasas de fecundidad adolescente superan los 100 nacimientos cada 1.000 personas, un tasa comparable con la de África".
También hay datos significativos sobre empleo: dice el informe que casi 1 de cada 10 chicos de entre 7 y 14 años trabaja y no estudia, que el desempleo en los jóvenes triplica al de los adultos y que les pagan menos.
El consumo de alcohol también preocupa: "el 20% de los varones jóvenes beben en exceso los fines de semana, una conducta fuertemente relacionada con una mayor propensión a cometer delitos", enfatizan. Otros datos que consideran señales de mayor riesgo tienen que ver con el tabaco. "La juventud, y sobre todo las mujeres, empiezan a fumar cada vez más temprano". Los niveles de VIH/SIDA en los jóvenes argentinos alarman: "son entre un 100 y un 200% más altos que los de sus pares uruguayos y chilenos".
En diálogo con Clarín, Dorte Verne, representante del Banco Mundial, destacó que "los jóvenes son el principal grupo etario en Argentina" y advirtió que, "si no se toman medidas que mejoren su situación, van a transmitir esas conductas de riesgo a las generaciones que los siguen".
miércoles, 8 de octubre de 2008
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