22 de octubre de 2008
Por Jorge Riani
CONCORDIA.- Más de 600 padres pidieron autorizaciones a la delegación local de la Dirección Provincial del Trabajo para que permitan que sus hijos puedan trabajar en la cosecha del arándano. El peligro que no ignoran en esta ciudad es que la ganancia que deja el trabajo, de sólo tres meses, traerá aparejado el abandono de la escuela por parte de más de un millar de adolescentes y la desocupación segura el resto del año, cuando pase la temporada de la cosecha.
Aunque hace diez años que en Entre Ríos se habla del arándano, no muchos conocen esa pequeña especie de uva exótica, de rasgos silvestres y sabor insinuado. Sobre el cordón de quintas, en las afueras de esta ciudad, la fruta violeta ganó territorio sobre las tradicionales plantaciones de cítricos y constituyó una precarizada fuente de trabajo para el castigado norte entrerriano.
Sólo hace algunos años se puede conseguir en estas latitudes la mermelada de arándano. Es que las plantaciones estuvieron destinadas desde el primer momento a los mercados internacionales.
En los papeles, los recolectores de arándanos cobran 65 pesos por jornada de seis horas de zafra. Aunque desde el área que regula la actividad laboral en la provincia consideran que la práctica suele desmentir la teoría. ?A mí me sorprende, porque la cosecha del arándano comienza alrededor de las 9 y termina cuando cae la tarde. Esos chicos están todo el día al rayo del sol?, dijo Armando Giles, delegado departamental de la Dirección de Trabajo. El funcionario confirmó que hubo un masivo pedido de autorizaciones para que adolescentes entrerrianos se convirtieran tempranamente en trabajadores.
?No estamos de acuerdo con que los chicos trabajen porque a esa edad tienen que estar en la escuela?, sostuvo Giles. No obstante, ratificó que la obligación de la delegación es otorgar la autorización si se cumplen todos los requisitos: que certifiquen la concurrencia a la escuela, la partida de nacimiento, el documento y la compañía de los padres para autorizar a sus hijos a trabajar. Eso nunca se da, aseguran.
En la Dirección de Trabajo dijeron que el régimen laboral admite menores hasta 14 años para esas tareas y que por debajo esa edad es ilegal el empleo. Pero los testimonios hablan de otra realidad que surge una vez que los menores ya cuentan con las autorizaciones.
Los miles de desocupados concordienses y los que arriban de provincias vecinas saben que el arándano es un buen negocio para los productores y una dudosa salvación para quienes buscan insertarse en el mercado laboral, aun cuando eso signifique fatigosas jornadas de trabajo por no más de tres meses en el año.
Futuros desocupados
?Hoy hablan de que hay 600 pedidos de trabajo para chicos, pero serán mucho más; quizás 2000?, arriesgó Walter Benítez, un peón general en las quintas de naranjas y mandarinas. Este trabajador rural contó a LA NACION que cada año, atraídas por el arándano, llegan miles de personas para entregarse de lleno a un trabajo que las tendrá como desocupadas durante nueve meses.
Giles también criticó las condiciones de traslado de los trabajadores: ?Se hacen en camiones y encima de las cargas, en forma muy peligrosa?, dijo al sitio local Río Uruguay.
Al filo de la tarde, los caminos vecinales se nutren de movimiento. Cientos de zafreros llenan camiones y colectivos destartalados para regresar a sus hogares. Otros tantos se montan a sus bicicletas, como Carlos Gómez y Sebastián Sacoman.
?Nosotros trabajamos seis horas, pero algunas veces puede haber horas extras. Nos pagan 65 pesos por día?, contaron a LA NACION. Se muestran conformes con su trabajo y no piensan demasiado en cómo serán los días después del verano, cuando esos chispazos violetas que hoy interrumpen la monotonía del verde se apaguen por varios meses.
Benítez revela los avatares de la actividad en las plantaciones de arándano, en la que él trabajó algunos años. Asegura que se puede llegar a cobrar hasta 1000 pesos por mes en la cosecha de la exótica fruta, pero que es está muy extendido como práctica la emisión de recibos de sueldos por menos valor.
?Así pagan menos aguinaldo, menos liquidación de zafra que se debe pagar al final de cada temporada, menos proporción de vacaciones y, para colmo, hacen muchos descuentos para una mutual que no se puede utilizar porque nadie se mantiene más de tres meses en el trabajo, momento a partir del cual se podrían usar los servicios?, agregó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario